Día 3 en el bosque

¡No sabéis lo increíblemente enfadada que estoy! ¡Está claro que una ya no puede tener intimidad!
Veréis, el otro día me encontraba en el bosque en compañía de mi coro de ninfas cuando el príncipe y cazador tebano Acteón apareció de la nada y me vio. Por suerte, mis queridas ninfas le descubrieron y me escondieron rápidamente. Me he disgustado tantísimo porque me haya contemplado desnuda que le he salpicado con agua el rostro y le he transformado en ciervo, tras lo cual he incitado a sus propios sabuesos a que lo atacaran. ¡Lo han destrozado vivo sin siquiera saber que era su dueño! Eso le pasa por mirar donde no debe. 
Además, se había dedicado a alardear de ser mejor cazador que yo. ¿Pero quién se creía que era?
Menos mal que por fin ha recibido su merecido.

Artemisa

No hay comentarios:

Publicar un comentario